martes, 4 de enero de 2011

ACIDOS GRASOS OMEGA

  Los ácidos grasos son moléculas orgánicas lipídicas que se encuentran en el tejido adiposo y en el músculo (en forma de triglicéridos como fuente de energía), en las membranas celulares, en el torrente sanguíneo y formando muchas sustancias importantes para nuestro metabolismo. Son compuestos formados por largas cadenas de carbono, hidrógeno y un grupo final denominado carboxílico (-COOH), como se muestra en el ácido palmítico a continuación, el carbono alfa es el primero y el omega el final, cada ángulo es un carbono. 
                             
Si entre sus átomos de carbono existen enlaces simples (-C-C-) se denominan saturados, y si existen enlaces dobles (-C=C-) se denominan insaturados (monoinsaturados o poliinsaturados):
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Los saturados de cadenas largas no se derriten o descomponen fácilmente a temperatura ambiente, por eso en la industria alimentaria a los ácidos grasos poliinsaturados los transforman a saturados para que duren más tiempo gracias a procesos en los cuales se eliminan sus enlaces dobles (hidrogenación). Su consumo en grandes cantidades eleva el colesterol sanguíneo asociado al LDL. Ejemplos: ácidos láurico, mistírico y palmítico en la margarina, tocinos y los aceites vegetales hidrogenados. 
En general los ácidos grasos insaturados existen en su forma cis (los átomos de hidrógeno adyacentes al doble enlace están en el mismo lado) siendo más estables que aquellos en forma trans (los átomos de hidrógeno adyacentes al doble enlace están en el lados opuestos):
             Los ácidos grasos trans se obtienen de la hidrogenación de las grasas y al someterlos a altas temperaturas. Su consumo en exceso aumenta el LDL y disminuye el HDL.
También los ácidos grasos pueden conjugarse en las células (cambios especiales en la posición de sus átomos), lo que les da funciones fisiológicas adicionales.

El término omega se refiere al inicio de sus dobles enlaces en las posiciones más cercanas al carbono final omega, confiriéndoles propiedades distintas dentro del organismo. Por ejemplo en la siguiente figura el alfa linolénico (omega 3) inicia su primer doble enlace en el carbono 3 contando desde el carbono final omega, lo mismo con el ácido linoleico (omega 6).  
La mayoría de ácidos grasos que hay en el cuerpo son adquiridos en la dieta y transformados para generar otros más complejos, pero hay 2 ácidos grasos poliinsaturados que no podemos sintetizar de ninguna manera, tienen que ser ingeridos en la dieta: omega 3 y omega 6, por eso se denominan esenciales.



Existen 3 tipos importantes de omega 3: ácido alfa linolénico (ALA), ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA). Luego de ingerir alimentos el organismo convierte ALA en EPA (mejora el comportamiento y el estado de ánimo) y DHA (importante en el desarrollo del sistema nervioso central) que sirven como precursores para proteínas celulares, para la expresión de genes y para sustancias antiinflamatorias (resolvinas y protectinas). Encontramos omega 3 en en la linaza (rico en ALA), en los pescados de agua fria como salmón, sardinas, atún (ricos en EPA y DHA). También en las nueces, semillas de calabaza, palta, soya, cánola, algas. En forma de suplementos tenemos las cápsulas de aceite de pescado (180mg EPA y 120mg DHA como promedio). Es importante señalar que la conversión de ALA en EPA y DHA es ineficiente en personas que consumen alimentos ricos en grasas animales.

El tratamiento con EPA y DHA ha demostrado beneficios en déficit de atención e hiperactividad, autismo, desórdenes motores, dislexia, agresión, síndrome depresivo y síndrome bipolar. Asimismo en esquizofrenia en menor grado y no se ha visto respuesta con síndrome borderline. En cuanto al comportamiento y estado de ánimo se ha observado mejores resultados con omega 3 en aceite de krill (molúsco) que en aceite de pescado. La diferencia está en que el primero tiene fosfolípidos y el segundo triglicéridos en su estructura.

Los omega 6 consumidos en la dieta provienen de vegetales como aceite de soya y de maiz ricos en ácido linoleico, también encontramos en aceitunas, linaza, nueces. Cuando lo ingerimos se convierte en ácido gama linolénico (GLA) por una reacción lenta, encontramos GLA en aceite de bayas acai y de borraja. El GLA luego es transformado en ácido dihomogama linolénico (DGLA), que a su vez termina en ácido araquidónico (AA), siendo esta síntesis limitada y muchas veces el DGLA se inserta directamente en la membrana en lugar del AA, compitiendo  estos para formar productos derivados de cada uno. El ácido araquidónico origina los eicosanoides inflamatorios prostaglandina 2, tromboxano 2 y leucotrieno 4. El DGLA origina eicosanoides antiinflamatorios prostaglandina 1 (PG 1), tromboxano 1 y otros. LA PG 1 es vasodilatadora y se usa en el tratamiento de la disfunción eréctil y en ductus arterioso persistente.

El ácido oleico es el principal omega 9 del organismo, es monoinsaturado y el cuerpo lo puede producir. No media ninguna respuesta inflamatoria (no participa en la formación de eicosanoides). Encontramos en aceituna, palta, almendras, pecanas, pistacho. Reduce el nivel de colesterol en la sangre y puede ayudar a prevenir ciertos tipos de cáncer como el de mama.
 
La importancia clínica de los ácidos grasos omega radica en su papel en la cascada inflamatoria. Las cantidades de moléculas inflamatorias derivadas de los omega 6 y antiinflamatorias derivadas de los omega 3 juegan un papel crucial en cuanto al beneficio cardiovascular (sobre todo disminuyendo aterógenesis) que brinda el incrementar el consumo de omega 3 y disminuir el omega 6, ya que ellos existe una competencia por incorporarse en las membranas celulares. Las dietas occidentales ricas en grasas animales e hidrogenadas contribuyen a incrementar los omega 6 en decremento de los omegas 3.

En resumen, aumentar el consumo de omegas ayuda a controlar el colesterol elevado, la presión arterial, enfermedades coronarias,   diabetes, artritis reumatoide, lupus, colon irritable, asma; puede prevenir cáncer de ovario y mama; reduce los triglicéridos, aumenta el HDL. Además de los beneficios mencionados en párrafos anteriores.


Cuando se toman en forma de suplementos, hay que tener precaución con el uso de anticoagulantes ya que los potencian, con antidiabéticos porque disminuyen su efecto siendo necesario aumentar la dosis de el fármaco, reduce el efecto de drogas usadas en trasplantes como la ciclosporina, mejora el efecto tópico de los corticoides en psoriasis, puede ayudar a disminuir las dosis de los medicamentos usados en dislipidemia.

 

Bibliografía 

ACSM Resource Manual for Guidelines Exercise Prescription 2010

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